Hace veinticinco años, un veinte de Agosto tal como este, dos personas decidían entrelazar sus vidas para vivir como un único ser. Hoy, veinticinco años después, sus hijos, fruto del amor que ambos sentían, no pueden más que felicitarlos y dedicarles esta humilde y sencilla canción que relata la historia de dos personas que se unieron, pasando a formar un único ente. Un ente, que poco después dio como fruto la familia de cuatro almas que son hoy en día.
Veinte de Agosto
Érase una vez, medio siglo atrás, |
reino cercano lo vio nacer
José Carlos fue Príncipe allí,
creció feliz, tierra de vid
Montillana.
En otro lugar, casi medio siglo atrás,
Nació una mujer, María José,
Princesa tal vez,
el río Genil bañó su niñez,
creció feliz en Puente Genil.
Historia de amor real,
llama inmortal,
ardió por siempre sin cesar,
que los bardos cantarán.
Historia de amor real,
hombre y mujer
¡Juntos por siempre jamás!
Corría el año setenta y nueve,
ella llegaba a la tierra de él,
donde esperaba el amor de su vida,
pero dos años tardóselo en ver.
Sigue la historia de esta pareja,
se conocieron a la puesta del sol,
iban ambos al mismo instituto
y una historia de amor se fraguó.
En el año ochenta y uno
comienzan a salir.
Se convierten en hombre y mujer
dos personas y un solo corazón.
Siete años de noviazgo
que fueron memorables.
Excursión tras excursión
con amigos y familiares.
Recorriendo Andalucía
iban juntos de la mano,
con muy buena compañía:
tanto amigos como hermanos.
El Chorro, Cazorla y Málaga,
Nerja, Cabra y Sevilla.
Matalascañas, Almonte y Jaén,
Puente Genil y Montilla.
El destino ha llegado,
el día es el ocho,
Noviembre es el mes.
José Carlos se marcha,
San Cibrao lo reclama,
no se podrán ver.
Dura prueba han pasado,
más de un año ha durado.
Aprovechan en viajar,
bien se lo han ganado.
Onubenses son las tierras
que ahora los reclaman.
Poco a poco van ahorrando
trabajando en Matalascañas.
Una boda inminente ha llegado,
fiestas y fiestas preparan.
José Carlos y María José,
el futuro juntos les aguarda.
Día veinte de Agosto
del ochenta y ocho
en Puente Genil.
Ponen a Dios por testigo,
su amor es eterno,
se casan al fin.
Terminada está la boda
viene Luna de Miel.
Es el primer Gran Viaje
de los muchos que han de hacer.
Buscando están en la senda
aquello que ha de venir.
Siguen fieles a la ruta
de los viajes sin fin.
Aquí llega lo más deseado,
aún se hace esperar.
Nueve meses tendrán que aguardar,
hoy la vida comienza a cambiar.
Nace su primogénito,
Ezequiel lo han bautizado.
La mayor ilusión
de sus vidas ha llegado.
Le transmiten de bebé
el espíritu viajero.
Apenas tiene año y medio
y recorren París entero.
Muchas veces han recorrido
el camino a París.
Siempre buena compañía,
pues les gusta compartir.
Su segunda ilusión,
en saberlo han tardado.
Otra vez toca esperar,
el momento no ha llegado.
En el año noventa y cinco
nace Azahara.
Dos hijos por el amor
que ambos se procesaban.
Con sus hijos viajando van,
recorren toda España.
Crecen y crecen por la senda
que el destino les depara.
Cádiz, Huelva y Cazorla,
Pirineos y París,
Portugal y Galicia,
Montilla y Puente Genil.
Muchos años así han pasado,
llega la historia inmediata.
Veinticinco años casados,
hoy celebran sus bodas de plata.
¡Felicidades papá y mamá!
¡Os queremos!
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