Si “morir” es “llegar al término de la vida” según el
diccionario de la RAE, cabría esperar que
“vivir” fuera “comenzar la vida”.
Si nos aferramos a estas definiciones, nos damos cuenta de que tan solo al
nacer vivimos realmente, solo en ese preciso instante en que venimos al mundo
conseguimos vivir, y todo el tiempo posterior al nacimiento vamos muriendo poco
a poco. Pues, cuanto más pasan las horas, los días, los años… más cercanos
estamos de morir y más lejos queda el día en que comenzó nuestra vida. ¿Podría
entonces decirse que todo el mundo vive un instante para pasar una vida
muriendo lentamente?
La respuesta es sencilla: NO. Pues partimos de hipótesis erróneas. Bien es verdad que todos tendremos que morir algún día, pero ello no quiere decir que mientras ese día llega no podamos conseguir vivir. Si tomamos por válida la definición de “vivir” como “comenzar la vida” debemos comprender que comenzar la vida se puede hacer más de una vez.
¿Acaso no te da la vida el contemplar un amanecer? ¿No te da
la vida el cariño y el afecto de las personas que te rodean? ¿No te da la vida
conseguir tus metas y propósitos? ¿No te da la vida la ilusión que sientes ante
un futuro esperado?...
Solo necesitas
encontrar aquellas cosas que te devuelven la vida, y te hacen volver a nacer,
para vivir en plenitud. De esta manera tu paso por este mundo tendrá algún
sentido y no será solo la senda que recorrer hasta morir.
Así que álzate, levántate de donde estés, mira al cielo,
respira hondo y piensa en qué conseguiría hacerte feliz en este preciso
instante. Cuando haya alguna idea en tu mente de algo que podría ayudarte a ser
feliz, hazla. Hoy es el primer día de todo lo que te resta de vida, comienza a
vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario