Ya solo me queda por hablar del último pilar que completa mi
vida. Tres son los pilares de los que hablé en este blog: mi ídolo, mi inspiración
y mi fuerza. De cualquiera que tuviese esas tres virtudes cabría esperar algo
grande y muchos estarían más que satisfechos de poseer tan importantes
cimientos.
Hace poco más de cuatro meses, llegó a mi vida una persona.
Nunca le dediqué una entrada en este blog siendo ella protagonista, pero el
lector avezado podía leer entre líneas que poco a poco iba habiendo un… “algo”
en mi vida que no lo había antes. Un positivismo extraño en mi persona, un
color diferente en las palabras que escogía, una manera distinta de expresar
mis textos…
Hoy, ese… “algo” o, en este caso que nos ocupa, ese “alguien”
cumple 25 años, se llama Yolanda y es mi magnífica novia. Un cuarto de siglo ha
pasado ya desde que llegaba al mundo, la persona por la que yo encontraría las
ganas de vivir. Una persona, a la que apenas conozco aún, debido a que apenas
si llevamos conociéndonos medio año… una persona, que ha cambiado mi vida para
siempre.
Desde el día que la vi pensé: “¡Mira esa chavala! ¡Lo tiene
todo! Es guapa, inteligente, tiene una sonrisa impresionante… el mundo podría
ser de ella si así lo quisiera”. Fuimos quedando poco a poco con el mismo grupo
de amigos, fuimos conociéndonos… y empezamos a quedar a solas, para conocernos
más aún. A partir de entonces, todo fue de prisa y sin frenos… y sin darme
cuenta… ¡PUM! ¡Ya tenía un motivo para vivir!
Con el tiempo que ha pasado desde entonces, escaso pero
intenso, se ha convertido en mi vida. Y, por bonita que suene la expresión, así
es como lo siento. Sin ella, no tendría sentido acostarse por las noches, ni
levantarse por las mañanas antes que el sol. Sin ella no tendría sentido viajar,
ver paisajes, escuchar el canto de los pájaros o el susurro de un arroyo. Sin
ella, mi vida no tendría sentido alguno.
Y, por raro que suene viniendo de mí, lo reconozco: estoy
sumamente enamorado. Ella es el último pensamiento que permanece en mi mente
cuando caigo dormido en los brazos de Morfeo y el primer pensamiento que
aparece en mi mente cuando el despertador se saca de mi sueño.
Yolanda, el cuarto pilar de mi vida. Una persona que tiene la habilidad de que, aunque
parezca que nunca terminarás de conocerla del todo, se convierte en alguien totalmente importante en tu vida. Una soñadora, ilusa, animada, empática,
amigable, atenta… chica que ya ha visto 25 primaveras. Una novia que dio vida, esperanzas,
planes, ilusión… a un chico que vivía antaño en un mundo oscuro y lleno de tinieblas… y, por difícil que pareciera, lo hizo de nuevo sonreír.
¡Felicidades!
Te quiero, mi vida.
Ay amor!! No paro de leer mi regalo de cumple.. es el mejor que he recibido en mi vida.. tu eres también el pilar más importante de mi vida... Siempre voy a estar a tu lado , eso nunca lo dudes..
ResponderEliminarTE AMO!