domingo, 30 de junio de 2013

Mi vida



Ya solo me queda por hablar del último pilar que completa mi vida. Tres son los pilares de los que hablé en este blog: mi ídolo, mi inspiración y mi fuerza. De cualquiera que tuviese esas tres virtudes cabría esperar algo grande y muchos estarían más que satisfechos de poseer tan importantes cimientos.

Yo, por suerte, si bien es verdad que para sustentarse en pie solo harían falta tres patas (cual trípode), dispongo de una cuarta (cual mesa firme). Pero, no creáis que llevo mucho teniéndola, pues hasta hace poco mi vida se sostenía con solo las tres piernas que anteriormente cité. Eso hacía que cualquier ráfaga de aire, cualquier sacudida de tierra… hiciera temblar por completo la débil estructura que era mi vida.

Hace poco más de cuatro meses, llegó a mi vida una persona. Nunca le dediqué una entrada en este blog siendo ella protagonista, pero el lector avezado podía leer entre líneas que poco a poco iba habiendo un… “algo” en mi vida que no lo había antes. Un positivismo extraño en mi persona, un color diferente en las palabras que escogía, una manera distinta de expresar mis textos…

Hoy, ese… “algo” o, en este caso que nos ocupa, ese “alguien” cumple 25 años, se llama Yolanda y es mi magnífica novia. Un cuarto de siglo ha pasado ya desde que llegaba al mundo, la persona por la que yo encontraría las ganas de vivir. Una persona, a la que apenas conozco aún, debido a que apenas si llevamos conociéndonos medio año… una persona, que ha cambiado mi vida para siempre.

Desde el día que la vi pensé: “¡Mira esa chavala! ¡Lo tiene todo! Es guapa, inteligente, tiene una sonrisa impresionante… el mundo podría ser de ella si así lo quisiera”. Fuimos quedando poco a poco con el mismo grupo de amigos, fuimos conociéndonos… y empezamos a quedar a solas, para conocernos más aún. A partir de entonces, todo fue de prisa y sin frenos… y sin darme cuenta… ¡PUM! ¡Ya tenía un motivo para vivir!

Con el tiempo que ha pasado desde entonces, escaso pero intenso, se ha convertido en mi vida. Y, por bonita que suene la expresión, así es como lo siento. Sin ella, no tendría sentido acostarse por las noches, ni levantarse por las mañanas antes que el sol. Sin ella no tendría sentido viajar, ver paisajes, escuchar el canto de los pájaros o el susurro de un arroyo. Sin ella, mi vida no tendría sentido alguno.

Y, por raro que suene viniendo de mí, lo reconozco: estoy sumamente enamorado. Ella es el último pensamiento que permanece en mi mente cuando caigo dormido en los brazos de Morfeo y el primer pensamiento que aparece en mi mente cuando el despertador se saca de mi sueño.

Yolanda, el cuarto pilar de mi vida. Una persona que tiene la habilidad de que, aunque parezca que nunca terminarás de conocerla del todo, se convierte en alguien totalmente importante en tu vida. Una soñadora, ilusa, animada, empática, amigable, atenta… chica que ya ha visto 25 primaveras. Una novia que dio vida, esperanzas, planes, ilusión… a un chico que vivía antaño en un mundo oscuro y lleno de tinieblas… y, por difícil que pareciera, lo hizo de nuevo sonreír.

¡Felicidades!


Te quiero, mi vida.


1 comentario:

  1. Ay amor!! No paro de leer mi regalo de cumple.. es el mejor que he recibido en mi vida.. tu eres también el pilar más importante de mi vida... Siempre voy a estar a tu lado , eso nunca lo dudes..

    TE AMO!

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