“¡Feliz navidad y próspero año nuevo!” Probablemente será una
expresión que habrás escuchado más de doscientas veces en estas fechas… ¿Pero
qué significa? A mi parecer nada, tan solo son palabras vacías, una frase hecha
más del montón, una imposición que la sociedad debe acatar sin rechistar, una
frase que todo el mundo debe repetir una y otra vez, vaya a donde vaya,
deseando y deseando felices navidades a todos.
Permitidme mi osadía, pero yo no os deseo una feliz navidad
ni mucho menos un próspero año nuevo. Pues puede que no creáis en la navidad, o
no seáis cristianos, o simplemente no celebréis el año nuevo. Por lo cual, yo solo
os deseo unas muy felices fiestas, en las que os reunáis con los seres queridos.
Me da igual lo que celebréis: ya sea el nacimiento de Jesús, el fin de año, un
cumpleaños, o que simplemente lo hagáis por costumbre y no celebréis nada. Lo
importante es que estéis todos juntos, familia, amigos, celebrando lo que
queráis, ya que en este caso, el fin justifica los medios.
Tampoco pretendo que busques metas y propósitos de año
nuevo, como últimamente viene estando de moda hacer. Tan solo espero que en
algún momento de tu vida, ojalá que sea más temprano que tarde, cambies
aquellas cosas de tu realidad que te resultan negativas y desesperanzadoras.
Pero no tiene por qué ser necesariamente hoy, en una fecha “bonita” como esta,
pues para cambiar las cosas a mejor, siempre es buen momento.
En resumen, no te deseo que escuches una frase elaborada que
para mí no dice nada. En lugar de eso te deseo lo mejor que el destino te pueda
deparar, unas felices veladas con tu familia y amigos en estas fechas tan
marcadas y el futuro más prometedor que halláis imaginado.
Sé feliz, y nunca dejes de sonreír.
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