En mi día a día me tropiezo con gente que, a causa de la
realidad en la que viven, ven acotado su estado de felicidad. Creen que la
situación y la vida que les ha tocado vivir, es motivo suficiente para estar
triste. Condenados a vivir en la agonía, privados de toda felicidad,
sentenciados al dolor… Y es que reconozco que un humilde servidor que ahora te
dedica unas palabras es el primero que lo creyó.
El primero en caer en el error de condicionar su felicidad a
variables que no depende de uno mismo. El primero que yerra al asociar unos
ciertos requisitos para alcanzar su estado de plenitud. Qué felices seríamos si
nuestra felicidad solo dependiese de nosotros mismos… Pero, ¿acaso no es así?
La mayoría de las personas cometen el desacierto de suponer
que la felicidad es una meta, solo alcanzable al cumplirse una serie de
cláusulas y circunstancias impuestas por nuestra mente. A todos nos gustaría
llevar una vida perfecta, donde tuviéramos al alcance de nuestra mano todos los
sueños y deseos más profundos de nuestro corazón. Pero, una vida así, no
conseguiría darte la felicidad, sino la más amarga de las rutinas. Y es que, si todo lo tienes, nada esperas y nada puedes desear.
Solo tú tienes el poder de levantarte, mirarte al espejo,
sonreír, y comenzar a ser feliz. Puede que tu vida no sea todo lo perfecta que
querías, puede que tu situación no sea todo lo favorable que desearías, puede
que tu realidad no sea aquella que anhelas… ¿Quieres cambiar tu vida? ¿Quieres
que la situación mejore? ¿Quieres que la realidad en la que vives sea la más
bella de todas las imaginables?
Solo tú tienes el poder de cambiar la vida que hasta ahora
has llevado. “¿Cómo? ¿Por dónde empiezo?” La respuesta es sencilla: Comienza
por ti. Cámbiate, se más fuerte, más decidido, más valiente, impetuoso, tenaz… Haz de ti la
persona que siempre quisiste ser y podrás llevar a cabo todos aquellos cambios
que quisieras llevar a cabo.
Nadie está predestinado a la tristeza. Todos podemos ser
felices, solo debemos sonreír, tomarnos la vida de manera diferente. Afrontar
los problemas con alegría y no dejar que nunca, ni la más turbia de las circunstancias,
consiga arrancarnos de nuestra alma las ganas de vivir, de disfrutar el
momento, de comernos el mundo con cada aliento. Conseguir nuestros anhelos,
cumplir nuestros deseos… Tú puedes conseguirlo. La fecha es hoy, el momento…
¡AHORA!
Hoy es el primer día de lo que te resta de vida, compañero. Ánimo y, de
corazón, que tengas la mejor de las fortunas.
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