Ayer, se fue la luz en toda
nuestra calle. Todos estábamos tan tranquilos, haciendo nuestros deberes,
cuando en plena noche todo el suministro de luz de la zona en la que vivo falló
y quedamos en la más absoluta oscuridad. De inmediato los vecinos salieron de
sus casas para comprobar si todos estábamos en la misma situación. Yo también
salí a la calle para comprender qué sucedía.
Cuando abrí la puerta y
salí, vi a todos los vecinos en las puertas de sus casas. Muchos parecían
asustados, otros portaban linternas que iluminaban tímidamente la oscura
ciudad, y otros tantos simplemente miraban asombrados la curiosa estampa. Y de
repente sucedió, yo estaba allí, cuando mi hermana miró al cielo y gritó - "¡mirad! ¡cuántas estrellas!".
Todo el mundo, alzó su vista
al cielo y contempló el maravilloso espectáculo que cada noche se daba lugar y
del que no siempre tenían oportunidad de disfrutar. Millones de puntos de luz
iluminaban el manto azul que nos cubría. Los niños permanecían inmóviles al
descubrir que todos los mayores nos hayábamos en un estado de asombro
indescriptible ante tan singular visión.
Yo, también miré al cielo,
disfrute de aquella extraordinaria disposición de estrellas, desperdigadas por
toda la amplitud del espacio, y pensé que fui afortunado de vivir aquel
momento, y deseé que todos los presentes disfrutaran de mi mismo sentimiento.
Entendí a Platón por un momento al observar que las personas habían conseguido
salir por fin de sus cavernas y disfrutar de la realidad.
Pero, nuestra dicha acabó
pronto, pues volvió la electricidad y todos fuimos de nuevo prisioneros de la
misma. Volvimos a nuestras cavernas a vivir de nuevo en soledad, en nuestra
realidad alternativa. Volvimos a no poder disfrutar de las estrellas, de la
compañía de aquellos que viven a nuestro lado. Volvimos a estar separados por
paredes, viviendo a menos de tres metros.
El destino tuvo que
privarnos de la luz y sumirnos en la oscuridad para poder ver con claridad,
para enseñarnos que demasiada luz puede privarnos del sueño, nos enseñó que
para ver la realidad, lo mejor es vivir despierto.
Hay tantas cosas maravillosas al cabo del dia delante de nosotros.... y la mayoria de las veces ni las vemos, tiene que suceder algo para que hagamos una paradita y miremos, Tendriamos todos loa dias que agradecer lo que el universo nos ofrece ..una puesta de sol, un amanecer, un arbol,la luna, el sol, tantas y tantas cosas...hay que mirar y vivir en el ahora porque es realmente lo que tenemos.
ResponderEliminarEl problema es que no sabemos apreciar lo que tenemos, y no le damos importancia a lo que acontece a diario...
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