martes, 23 de abril de 2013

Tartas



Ayer, una amiga me dijo que tenía este blog muy abandonado, que quizás debería escribir una entrada nueva, hablado sobre “tartas”. Al principio no le di mucha importancia, me lo tomé como solo una broma más. Pero, cuando me paré y medité un poco sobre el tema, me di cuenta de que no era para nada superficial.

Una tarta es un postre, normalmente dulce, que a todo el mundo le suele gustar. Las hay de muchos tipos: de queso, de chocolate, de manzana, de galletas, de hojaldre… de infinitos tipos más bien. A una persona, normalmente, no le gustan todos los tipos de tartas o, al menos, hay unas que las prefiere más que otras.

Todas las tartas están hechas por diferentes ingredientes, pero ninguna de ellas está constituida por uno único. De forma que si la mezcla se produce en las proporciones exactas, la tarta sabrá bien.

Si cogiésemos un único ingrediente de una tarta y nos lo comiésemos solo, sin mezclarlo con los otros necesarios, no estaríamos comiendo tarta, solamente, estaríamos comiendo un “algo”… pero no una tarta.

Para hacer una tarta buena, sabrosa, rica… que nos produzca una sensación increíble al comérnosla, necesitamos todos y cada uno de los ingredientes, mezclarlos con paciencia, y esperar un tiempo a que se asienten y se compacten.

Con todo esto… ¿no creéis que una tarta es como la vida misma? ¿A caso una vida no está hecha de pequeños momentos, unidos de tal forma, que llevan a un resultado mayor?

Si nos limitásemos solo a vivir determinados momentos de la vida, como por ejemplo el pasar tiempo con los amigos,  el ver la televisión, jugar a videojuegos… solo estaríamos comiendo un ingrediente de nuestra tarta, y jamás podríamos saborear la sensación de grandeza y plenitud que te ofrece una vida cargada de innumerables sensaciones y sentimientos, como los que te da una tarta.

En esta vida, todo es necesario, desde el primer momento del día hasta el último, desde estudiar para un duro examen hasta visitar un parque temático. Por eso, ciertos momentos de nuestra vida pueden parecer tragos amargos, como comerse un limón. Pero no debemos olvidar, que si queremos hacer un rico bizcocho de limón, el ingrediente principal es amargo, pero el resultado, es extremadamente dulce y sabroso.

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