Lo siento, ya no puedo hacerte el amor como antes. No tengo tiempo. Ya no. Ya no puedo rozar tus palabras y dedicarte mis noches de insomnio. Juguetear con cada punto, cada coma, cada signo… No puedo, no tengo tiempo. Acariciar tus teclas como si fuésemos inmortales, deteniéndome en cada esdrújula y buscándote el mejor sinónimo. Sincronizar mi respiración al ritmo de tu peculiar sonido. Releerte una y otra vez, encontrarte, pulirte, modificarte y disfrutarte. No puedo, no tengo tiempo…