El resumen de una vida

Hoy formatee mi ordenador. Como no quería perder todos los archivos los pasé a otro ordenador con el fin de copiarlos de nuevo a mi portátil una vez lo hubiese formateado. Mientras buscaba qué salvar y qué borrar para siempre me di cuenta que estaba asistiendo a un resumen de mi vida.

Fotos con amigos a los que ya no veo, documentos de asignaturas que ya no curso, canciones que ya no escucho, programas instalados que nunca usé… Eso era todo, todo lo que había sido, todo lo que había hecho, toda mi vida se resumía en millones de señales eléctricas interpretadas por una máquina, la cual las reflejaba en una pantalla formando imágenes, palabras… pero era solo eso… pixeles excitados de una pantalla de ordenador.

Al copiarlo, salió un mensaje que ponía la duración estimada y la suma de los pesos de los archivos que estaba transfiriendo: 43 gb. Mi vida resumida en solo 43 gb. Tardó en copiarse apenas una o dos horas. Y pensé: si mi vida puede resumirse en 43 gb y ser reproducida por completo en menos de dos horas, ¿significa que no he vivido lo suficiente?

Me asusta pensar que podría haber exprimido más la vida que ya ha pasado, el tiempo que ya no volverá. Me asusta pensar que mi vida se puede resumir solo en 43 gb. Me asusta pensar que puedo narrar mi vida entera en menos de dos horas. Pero de nada sirve lamentarse por el tiempo que pasó, por lo que ya “vivimos” en el pasado. De nada sirve preguntarse si fue suficiente o se quedó en poco.